Collage es una metáfora
de corte y pegue; pinte aquí, allí y allá, de este modo y esta forma se
sintetiza la vida. Las amarguras de ayer son las alegrías de hoy. Así somos los
humanos. La poesía de Miguel Castro recupera la vida.
¿Por qué Collage obtuvo una mención y no un triunfo en el certamen literario
Brunca? Pues, la recepción del texto poético fue interrumpida por el sentido
canónico de las reglas del género poesía, tal se considera en la academia y las
editoriales estatales de Costa Rica. No era para menos, el concurso fue
realizado por la Universidad Nacional sede Brunca. En el jurado participó
Julieta Dobles que desde 1974 entró a contaminar la poesía costarricense.
Los transcendentalistas tienen 41 años de
destruir la poética costarricense. Ser poeta significa innovar con la palabra.
Tienen un grupo llamado Poiesis, que
no crea, se han vuelto coperos de la Edad Media, malos coperos; siempre
ejecutan las mismas reglas. Lo peor, han vuelto la recepción de poesía
singularidad, le hurtaron el principio de plurisignificación y pluricreación a
la poesía.
―Odio la poesía que elimina del todo la
realidad, o describe la falsa realidad, esa políticamente aceptada―.
Dobles fue una buena poeta, sus poemas me
conmovieron en mis primeras lecturas, iguales los de Laureano Albán, el que
nunca me sedujo es Ronald Bonilla. La poesía de Bonilla quedó en el siglo 20. Sin
embargo, se le sigue premiando. Parece que los lectores costarricenses,
principalmente, los del jurado necesitan una actuación literaria.
Si ser un simple lector ya es difícil, lo
es más ser jurado. Pienso que ser jurado debe significar objetividad, para
ello, el lector jurado analizará la literatura desde los puntos históricos, y
no solo por el gusto; que se caracteriza por ser subjetivo. Pero los editores,
principalmente estatales, los críticos, los jurados han objetivado el gusto, lo
domesticaron, para servírselo con falsos brillos a los lectores comunes y
corrientes.
En la década de los 70 del siglo pasado, cuando
los otros países hispanoamericanos estaban provocando una poesía de compromiso
socialpolíticoguerrillero, ellos apuntaron contra la poesía antipolítica; lo
que favoreció los gobiernos de Liberación Nacional y la Unidad Social Cristiana.
La
vivificación de la poesía costarricense contemporánea, es las vanguardias, la
búsqueda de la creación, y el tópico antitrascendenlalismo, gestado por una
identidad que se mueve desde varios puntos del cosmos humanístico: recobrar la
música y la poesía, mostrar la vivencia del cine, la influencia de músicos
hisponoamericanos en nuestra cultura, recobrar la ciudad para contradecir los
discursos aquileistas, búsqueda insaciable de la universalidad oponiéndolo contra
el cosmopolitismo y aristocratismo modernista que recobró el estilo de vida y
escritura de los ya mencionados poetas dominantes.
Escribir y hablar de poesía siempre es
complejo.
La poesía costarricense recupera la
vivencia y al receptor.
En Costa Rica se dice que no hay lectores
de poesía ―es falso―, la nueva tendencia poética ha recuperado a los lectores,
ya los tiene; y cuando me encuentro con profesionales en la enseñanza del
Español con 20 o 30 años de enseñar que no les gusta leer poesía, me imagino su
época de juventud, y, veo los poemas de Laureano Albán, Julieta Dobles, Ronald
Bonilla y algunos de los poemas de Carlos Duverrán, entre otros, como un cuerpo
de Fealdad Absoluta.
Los transcendentalistas escribieron una poesía
antipolitica, cómo va ser posible que un poeta como Lawrence Ferlinghetti
reconozca más la importancia vital de lo político en nuestro gran territorio
centroamericano, según el signo de los siguientes versos: “¿Y tú de qué lado
estás?/ cantaban los pájaros/ Oh tú ¿de qué parte estás/ en la Tercera Guerra
Mundial/ la guerra contra el Tercer Mundo?” Yo pregunto ¿de qué lado está usted
Señor o señora T?
Collage obtuvo una
mención. Esto significa: “su poesía, Miguel Castro es digna; pero entienda, no
debe ganar premios; para los premios estamos nosotros; esta es la época de
Ronald Bonilla”.
La poesía de Miguel Castro es dulce, trata
del guaro. “De la caña se hace guaro”, cantó Capmany. En el último número de la
revista Conjetura señalé el tópico de la Fiesta, desarrollado desde el licor y
la nueva religión (la música), me parece importante, en esta noche comentar que
la dulzura se gesta cuando el poema fragmentado revive los excesos de la
juventud y al recobrar los signos de una música que llamarían rebelde.
Configuración de la dulzura: la risa dulcifica
la psique, veamos los siguientes versos “¿recuerdas?/ la adolescencia/ aquellos
muchos/ ―que nos significaban muy poco―” (53), es de risa el llamado recuerdas y significaban, y ultrarisa poco,
―esos momentos sí resultaron muy significativos, al punto de que el yo lírico
asumiera una aptitud de cronista―; también, cuando el Yo poético altera los
valores, todo disvalor social es pervertido en valor; el norte se hace sur,
cuando el sur es mejor que el norte, ya que ahí se encuentra el Yo: “te seguía/
aunque fueras mi contra-cultura/ te
irías al norte/ junto a los cristianos”; el Yo lírico se marca gramaticalmente
a sí mismo inseguro “me gustaría probar con la poesía descriptiva”, y sí
describe, lo vivido, la emoción y la propuesta ideológica, por ejemplo:
“siempre llenabas mis palabras/ que se resistían/ a decretar encantamientos/
ante ti/ desfilaban/ palabras insípidas/ palabras trasparentes/ palabras
alarmadas/ palabras que tenían/ las líneas de mis manos” (19).
.
Lastimosamente, los editores no analizan,
no critican. Lo que provoca que se elimine el proceso de conformación y
corrección que debe realizar el lector, quien no puede terminar de leer el
texto poético, porque ya un grupo determinó la interpretación y generó una
falsa victoria, como el caso de Collage.
La recepción de la
poesía al ser determinada borra su principio de creación, libertad y
revelación. En este poemario se desea revelar una historia de Don Nadie, todos somos don nadie, y no
existimos si nuestro pasado sigue en el nivel invisible; únicamente llegamos a
ser tangibles en la escritura, veamos la técnica de Castro, utiliza un
pasado-presente para ser siempre presente, de esta forma se existe en todo
momento. Por eso, es dulce existir por siempre.